La pregunta del millón. Si alguna vez has oído hablar largo y tendido a dos informáticos, muy probablemente la palabra metadatos haya sobrevolado el ambiente en algún instante. Entraría por uno de tus oídos y saldría por el otro porque, claro, no tienes ni la más remota idea de qué son. Vamos a ayudarte a entenderlo con un sencillo trabalenguas: los metadatos son datos que hablan de los datos. Aunque repetitivo, es cierto. Es más, la palabra metadatos proviene del griego y significa, literalmente, “más allá de los datos”. Profundicemos un poquito más.

Una descripción más generosa de lo que son los metadatos es aquella que los define como un conjunto de datos que describen el contenido informativo de un archivo digital. Nos hablan sobre su contenido, sobre su calidad y sobre muchos otros de sus atributos. Pueden clasificarse en función de los contenidos, de la variabilidad o de la función de los mismos. Y, ante todo, son datos muy estructurados. Su importancia en el universo tecnológico de la actualidad es enorme. ¿Para qué? Eso es lo que vamos a explicarte enseguida.

 

¿Para qué sirven los metadatos?

Los metadatos son, ante todo, elementos multifuncionales. Son utilizados para autodocumentación y reporting gracias a que facilitan muchísimo las búsquedas y la recuperación de la información. También resultan muy pero que muy útiles para la transferencia, ya que proporciona a los usuarios la información necesaria para utilizar los archivos recuperados en sus dispositivos. Y para agilizar las tareas de desarrollo, puesto que reduce los plazos de suministro de la conectividad. Esto entre muchas, muchas otras posibilidades. Son vitales.

Además, en relación a la organización de los recursos, potencian muchísimo su archivo y conservación. Podemos decir que son fundamentales para que estos recursos sean accesibles en un futuro. Como ves, están involucrados en una gran cantidad de procesos digitales. Y no todos buenos. Los metadatos revelan mucha información sobre relaciones y comportamientos. Algunas veces más información que el propio contenido que conforma el recurso. Con las debidas herramientas informáticas, se pueden extraer metadatos y analizar en masa.

 

Editar metadatos

Editar los metadatos puede ser una manera estupenda de proteger nuestros recursos. Ya sean metadatos en fotos, metadatos en PDF o metadatos en cualquier otro tipo de archivo. Y es que editarlos nos da la oportunidad de atribuirles a los recursos unos metadatos únicos. De esta manera, nos resultará bastante más sencillo ver que nos han robado nuestros recursos, pues tendrán una identificación única nuestra. También para proteger parte de nuestra privacidad. Por ejemplo, cambiando el metadato de coordenadas de una fotografía que tomamos.

De lo contrario, esa fotografía seguiría incluyendo las coordenadas exactas donde tomamos la foto. Y podría ser nuestra casa. Para ello, existen muchos programas en internet que permiten realizar estas gestiones. Aunque la complejidad estratégica de estos procesos, más que técnica, hace que sea muy recomendables contar con ayuda de técnicos profesionales especializados en metadatos. En Adarsus tenemos a los mejores. Déjanos echarte una mano con tu privacidad para tener la seguridad estar absolutamente protegido.

 

Eliminar metadatos

En un mundo digital marcado por el constante compartir de recursos, eliminar metadatos se está convirtiendo cada vez más en una herramienta indispensable. Pensemos por ejemplo en Instagram o Facebook, donde todos los días subimos fotografías realizadas con nuestros dispositivos. Como decíamos, los metadatos de estas fotos expresan información privada que no queremos que anda circulando libremente por internet. Y si bien editarlos puede ser una estrategia para protegerse, borrarlos definitivamente es todavía mejor.

Lo apuntábamos anteriormente: existen muchas herramientas digitales para el tratamiento de los metadatos. Pero en Adarsus trabajamos con la mejor herramienta del mercado: MetaClean. Gracias a ella podemos prevenir los ataques de phishing evitando la fuga de información mediante metadatos, aplicar plantillas para organizarlos, procesarlos automáticamente en base a la política de metadatos y, claro está, eliminarlos para siempre.

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